Los libros antes de saber leer

"En una etapa en donde casi las palabras casi no existen, los libros cumplen un papel esencial"

 

Si se buscan razones para justificar la conveniencia de acercar cuanto antes las #historias y los libros al niño, el simple hecho de que aportan momentos de disfrute y diversión sería motivo suficiente, pero, en una etapa en donde casi las palabras casi no existen, los libros cumplen un papel esencial.

Ámbito lúdico. El libro es algo que llega a consumirse con suficiente libertad y de una forma que tiene que ver con el juego y con la diversión. Sirven a los niños para soñar y exteriorizar emociones las cuales le divierten y despiertan la curiosidad, la cual la ha de favorecer para desarrollar su imaginación.

Ámbito educativo. Las historias y los cuentos ofrecen al niño la gran posibilidad de descubrir espacios, tiempos, orden y una estructura. Ante lo cual ha de desarrollar múltiples habilidades entre las cuales podemos destacar:

• Aprender y progresar.

• Conocer el mundo y otras formas de vida.

• Se ha de potenciar la capacidad de atención, la expresión y de comunicación.

• Desarrollar el lenguaje.

• Se familiariza con la lectura y la escritura.

• Inicia el acceso a la representación de la realidad ofrecida a través de la literatura infantil y cotidiana.

Ámbito afectivo. El niño a través del libro establece un contacto especial con el lector qué puede ser el papá, la mamá, un adulto mayor o el educador, así como también con las historias y con los personajes que aparecen en ellas, con lo que en ciertas ocasiones se produce una identificación. En estos primeros encuentros con la lectura, el niño construye sus primeros juicios de valor y a diferenciar entre las historias bonitas y las que no son. Por lo que los libros enriquecen su vida afectiva y son un instrumento de cariño y de comunicación. 

Ante esto debemos de tener en cuenta:

Primero: que no hay 2 libros iguales. Cada libro es diferente y único el cual abre nuevas posibilidades para escuchar, sorprenderse y hablar.

Segundo: los libros no se agotan en una primera lectura, siempre se ha de volver a ellos a menudo y redescubrir un gesto, una exclamación, un color o el sonido de alguna palabra.

Tercero: algunos libros invitan a  su relectura y se graban en la memoria de los niños.