¿Sabes
cuáles son las razones más frecuentes por las que aparece el autosabotaje en tu
vida? (y su ganancia psicológica inconsciente):
1.-
Gracias a una crianza rígida o abusiva, Interiorizaste la falsa creencia de que
mereces ser castigado/a
Cada que algo
te causa bienestar o placer, cada que tu personalidad o tus necesidades se
expresan, porque así pasaba en tu infancia, o quizá hay algo que aún no te
perdonas y te la pasas buscando formas de hacer penitencia. Ahora que eres
adulto, cuando aparecen cosas en tu futuro o tu presente que te emocionan,
inconscientemente asumes que te tienes que castigar para recuperar el
equilibrio, y generalmente la manera en que lo haces es saboteando o destruyendo
eso que te motivaba.
Ganancia
secundaria: Puedes
seguirte aferrando a la dependencia de padre simbólico, aunque sea muy
autoritario, y a tu zona de confort.
2.- Estás convencido de que no mereces vivir en
plenitud, amor, bienestar y/o abundancia
Porque te
dijeron que estaba mal aspirar a más, que eso sólo era de personas egoístas,
que no lo valías, que no “dabas el ancho”. Hoy en día te desprecias por no
tener el cuerpo que quieres, la relación que deseas, el trabajo que te
gustaría, pero al mismo tiempo cada que intentas cambiarlo esa vocecita en tu
cabeza te regaña por intentar ser algo que no eres, y te hace sentir que está
siendo desleal con la miseria o la
infelicidad que interiorizaste como parte de tu identidad.
Ganancia
secundaria: Te
puedes seguir atacando de forma masoquista (algunas personas encuentran
“placer” existencial mal entendido en esto). No tienes que enfrentar el miedo
al cambio.
3.- Tuviste un pasado lleno de
injusticias y de maltrato y ahora te justificas en él para seguir teniendo
actitudes poco adaptativas.
Ya
te diste cuenta de tus heridas de infancia, pero ahora en lugar de sanarlas las
usas como pretexto para no crecer, por ejemplo “yo soy muy miedosa porque
cuando era chica me hicieron tal cosa”, o “no puedo ser disciplinada porque en
la infancia me pasó x situación”… Además cuando las cosas no salen como tú
esperas sientes que todo el mundo está en tu contra y que nadie te comprende.
Ganancia
secundaria: puedes
echarle la culpa de todo a los demás y no tienes que enfrentar el miedo que te
da hacerte responsable de ti mismo/a. Además, la sensación de enojo frente a la
injusticia se ha convertido en una fuga psicológica que buscas activamente para
no enfrentar la injusticia a la que te estás sometiendo tú mismo/a.
4.-
Partes de motivaciones negativas y extrínsecas.
Por ejemplo,
si quieres bajar de peso, no lo haces por sentirte mejor tú (motivación
intrínseca) y porque eres lo más valioso e importante que tienes (motivación
positiva), sino porque te da pena cómo te ven los demás (motivación extrínseca)
y porque piensas que el sobrepeso te hace alguien menos valioso (motivación
negativa). La motivación extrínseca y negativa tiene mucho menos impulso que la
intrínseca y positiva y normalmente se “apaga” a la mitad del camino, haciendo
que dejemos nuestras metas y planes a la mitad, y eso refuerza nuestra sensación
de que somos un fracaso.
Ganancia
secundaria: Puedes
jugar a la víctima perpetua: “nadie me comprende, no importa lo mucho que me
esfuerce, esto es demasiado difícil para mí”, “pobre de mí”
5.- Tu auto exigencia no está viendo a
tu yo real, sino a tu yo ideal e imaginario.
Todos
tenemos al menos tres dimensiones del Yo: el yo imaginario, el yo ideal, y el
yo real. Tu yo imaginario surgió a raíz de tus miedos y tus inseguridades de
infancia, es la peor versión de ti, pero no es la versión real, aunque intenta
convencerte todo el tiempo de que sí lo es.
Digamos que es
una dimensión impostora y negativa. Tu yo ideal es ese que te gustaría ser,
surgió de lo que los demás te dijeron que tenías que ser y por lo general es
perfeccionista y criticón, es decir, es imposible de lograr para cualquier ser
humano, y además todo el tiempo está diciéndote que estás muy por debajo y que
nunca vas a lograr ser como él. En medio de los dos está tu yo real, ese que se
enfrenta todos los días con el mundo, que toma decisiones, que tiene aciertos y
equivocaciones, logros y fracasos, talentos y áreas de oportunidad, como todos.
El
problema es que pensamos que nuestro yo imaginario es nuestro yo real, y que
nuestro yo ideal debería ser nuestro yo real, y la distancia entre uno y otro
es tan abismal que obviamente sientes que estás a años luz de la versión
mínimamente aceptable de ti mismo/a. Esto te lleva a una auto exigencia tan extrema que termina
convirtiéndose en auto
sabotaje por
lo general de tipo somático,
es decir, te está yendo bien y “de la nada te enfermas” al grado de que ya no
puedes hacer nada.
Ganancia
secundaria: puedes
llevarte a ti mismo hasta el extremo de caer enfermo ya que es la única manera
que conoces de pedir ayuda y hacer una pausa, aunque tenga consecuencias
desastrosas para tu trabajo, tus planes, tu salud y tu economía.
6.- Estás peleando batallas que no son
tuyas.
¿Cómo puedes
ganar una batalla que es de alguien más? si la adoptas como si fuera tuya y
tratas de salvar a todo el mundo o resolver problemas que no te tocan, siempre
vas a perder sencillamente porque el otro quizá no quiere ser salvado, o porque
se trata de algo que ya quedó en el pasado y ya no se puede reparar, solo
aceptar y soltar.
Si nos pasamos
peleando batallas ajenas (en nuestra cabeza o en la vida real) no sólo vamos a
perder a cada rato y a sentir que somos un fracaso, también vamos a restarle
atención a nuestras esferas de vida prioritarias y obviamente van a surgir
deficiencias profundas en estas áreas por mucho que nos esforcemos, porque
nuestra energía mental, emocional e intelectual es limitada.
Ganancia
secundaria: te
puedes enfocar en problemas que están afuera de ti, de tu presente y de tu
realidad precisamente para no tener que enfrentarte a ti mismo/a, porque te da
miedo.
10
Señales de que el auto sabotaje te está afectando
Si
la gente que te quiere te dice que tienes mucho potencial para llegar hasta
donde tú quieras en la vida, pero que eres tú quien se está auto saboteando,
¡por favor, créeles! y si aún te quedan dudas y sigues aferrándote a los
pretextos externos para justificar que no logras lo que deseas, pon mucha
atención a estas diez señales que son claros indicadores de auto sabotaje, si
te identificas con una o varias ¡aguas!
1.- Pierdes el
interés en las personas que te tratan bien y te valoran, ya sea en plan
romántico o de amistad.
2.-
Cuando se te presenta una buena oportunidad laboral o académica, pones mil
pretextos para no tomarla
3.-
Cuando tienes un problema pones más empeño en encontrar culpables que en
resolverlo
4.-
Mantienes en tu vida personas malhumoradas que te arrebatan tiempo y energía.
5.-
Justificas tus actitudes autodestructivas con lo que tuviste que vivir en el
pasado
6.-
Nunca te permites experimentar alegría, placer o tranquilidad libremente
7.-
Pospones una y otra vez proyectos personales porque siempre hay algo “más importante”
que hacer.
8.-
Cuando te va bien, te sientes en deuda con todo mundo y hasta culpable.
9.-
Te preocupa más lo que piensen los demás y ni siquiera te detienes a pensar qué
sientes y quieres tú.
10.-Sientes
que “vas perder el poco control que tienes” si dejas de auto atacarte
constantemente.
¿Sabes
cuál es el territorio preferido del auto sabotaje? La zona de confort. Se
complementan mutuamente y te mantienen estancado como respuesta al miedo.
¿Cómo
superar el auto sabotaje?
1.- Recuerda siempre las leyes de la atracción,
la resonancia y la correspondencia.
No solo dejes
de decirte mentiras como “no puedo”, “no lo valgo”, “todos están en mi contra”.
Sustitúyelas activamente por pensamientos positivos como “merezco vivir en
plenitud y abundancia y tengo todas las herramientas para lograrlo”, “tengo
muchas personas a mi alrededor que me valoran y que pueden ayudarme con su
apoyo o con su ejemplo”, “agradezco el aprendizaje que me dejó este error y lo
integro con amor”, etc.
2.- La
imaginación puede lograr cualquier cosa ¡pero también destruirla!
Si te enfocas
en los problemas, tu mente va a construir unos problemas enormes, perfectos y
tan complejos que nadie los puede “desenredar”, pero si te enfocas en las
soluciones, tu mente va a encontrar opciones novedosas, eficientes y a prueba
de fallas. Lo que vas a crear será muy poderoso, tú eliges si es un problema o
una solución.
3.- Si
tienes una buena idea o algún cambio que te motiva, ponlo en marcha antes de
que el auto sabotaje comience a hablar.
Hay que actuar
antes que esa vocecita en tu cabeza que te diga “¿para qué? ni es tan buena
idea, ya se le ocurrió a alguien antes, te van a criticar, vas a fallar”, etc.
Puede que todas estas cosas sean ciertas pero cualquier cosa que nos motive a
la acción nos lleva, mediante el éxito o el fracaso, al aprendizaje y al
autoconocimiento. Mejor fallar mil veces a quedarte para siempre en tu zona de
confort.
4.- Recuerda que la mayoría de tus miedos son
indicadores de cambio potencial más que de algún peligro real.
Es decir, es
perfectamente lógico y adaptativo que el exceso de velocidad mientras
conducimos nos dé miedo y nos haga frenar, porque es un peligro real, pero el
miedo a dejar una relación que no te gusta, un trabajo que no te hace feliz,
personas malhumoradas o un estilo de vida poco saludable no anuncia un peligro
real, sino un cambio lejos de la zona de confort. Así que es muy importante
identificar cuándo el miedo se ha convertido en sirviente de la zona de confort
y no dejar que nos manipule.
5.- Analiza
qué tan lejos está tu yo imaginario (negativo) de tu yo ideal (imposible) y
acércalos
Al menos lo
suficiente como para que tu yo
real pueda agarrar a uno con la mano
izquierda y al otro con la derecha, así no pierde el control y aunque se
mantiene alerta de sus áreas de oportunidad, no deja que lo definan ni se
vuelven lo más importante en su identidad; por otro lado, aunque no pierde
visión hacia futuro y al crecimiento, no se pierde en expectativas
irrealizables.
El éxito
depende no de tu yo ideal ni del imaginario, sino de cómo el yo real puede
poner a ambos a jugar a su favor.
Estoy seguro
de que lo que aprendiste hoy puede ayudarte mucho, pero de ti depende si lo
pones en práctica. También puede ayudarte muchísimo comenzar a aplicar los 4
pilares del autocuidado. Recuerda, si tú cambias, todo cambia.